FASHIONING MASCULINITIES: THE ART OF MENSWEAR
Inaugurada en marzo y extendida por todo este año, la actual exposición de moda masculina que alberga el Victoria & Albert Museum de Londres es una invitación a revisitar la historia de la moda masculina. Una curatoría de 100 looks y 100 obras de arte permite hacer un exclusivo recorrido en la evolución del estilo masculino.
El interés por la moda masculina es, en general, algo reciente. El auge que últimamente está experimentando como fenómeno de consumo no solo acapara decisiones de estilo, sino también pone sobre la mesa discusiones sobre los límites visuales de la masculinidad tradicional como la hemos conocido. Desde la Gran Renuncia Masculina que siguió a la Revolución Francesa, la arremetida del traje masculino propuesto por Beau Brummell -el llamado “primer dandy”- ha llegado hasta nuestros días con un concepto de elegancia masculina casi inalterado desde la era de la Regencia. De esta manera, la cultura del dandismo ha representado por más de 200 años el epítome de lo masculino en su estado más elevado, culto y formal. Asimismo, la famosa Savile Row de Londres se convirtió en el primer epicentro de la sastrería británica a finales del siglo XVIII, manteniendo su importancia hasta nuestros días y siendo el pináculo de uno de los oficios más nobles que existen en la industria de la moda.
Bajo la premisa de revisar la historia del guardarropa masculino a través de la historia, las curadoras Claire Wilcox y Rosalind McKever montaron esta exposición con el objetivo de unir obras de arte desde el Renacimiento hasta nuestros días. Es así como pretenden construir un recorrido histórico que une moda acompañada de una selección de obras de arte que dejan entrever el espíritu masculino de cada época. Con el apoyo de Gucci, Fashioning Masculinities se divide en tres secciones temáticas principales: Undressed, Overdressed y Redressed, culminando con una última sección celebratoria llamada Dressed.
La primera galería, Undressed explora la evolución de la ropa interior, observando los diferentes cambios en el ideal hegemónico del cuerpo masculino de cada época. Aquí se observa la adoración de las proporciones griegas a través del trabajo escultórico de Rodin, pasando por David Hockney, y terminando con el trabajo de nuevos nombres de la actual vanguardia masculina, como Ludovic de Saint-Sernin y Virgil Abloh, que se destacan por redefinir la imagen sensual del hombre de hoy, celebrando la diversidad de sensibilidades y tipos de cuerpos.
Overdressed, en tanto, nos introduce en el mundo de las élites, caracterizadas por el exceso y la opulencia expresada en materiales nobles como sedas y terciopelos en diferentes cortes y coloridos que dejan entrever estatus social, riqueza e individualidad. Inspiraciones contemporáneas como la de Dolce & Gabbana y su obsesión por la estética veneciana, vienen acompañadas del trabajo pictórico de artistas como Sofonisba Anguissola. Retratos aristocráticos de célebres pintores del siglo XVIII como Joshua Reynolds y Jean-Baptiste Perronneau nos recuerdan los tiempos en que colores como el rojo y el rosado eran símbolo de elegancia y poderío masculino. Conjuntos de Harris Reed y Grace Wales Bonner acompañan el traje bordado con capa forrada en rosado que el actor Billy Porter vistió para la ceremonia de los Globos de Oro de 2019, diseñado a medida por Randi Rahm y que demoró seis meses en su proceso de elaboración.
La última galería principal, Redressed, es un ejercicio visual que revisita los orígenes y la evolución de la sastrería británica tradicional. En esta reflexión, la muestra incorpora piezas de la colección permanente del museo que nos muestran la dimensión más uniformada del traje hasta su presencia en las pasarelas contemporáneas. Parte de este relato lo sostienen elementos como los kilts, así como la fuerte influencia de la herencia militar como parte de la construcción del imaginario masculino en el vestir. Este repaso histórico contrasta con la mirada actual de diseñadores como Tom Ford, Hedi Slimane y Donatella Versace, quienes coincidieron en la utilización del cuero para infundir elegancia al ejercicio sartorial.
Finalmente, la guinda de la torta es la última sección llamada Dressed, en la que se exponen tres atuendos que han marcado un antes y un después en la moda masculina. Primero, se puede apreciar el ya icónico vestido-smoking que el neoyorkino Christian Siriano diseñó para el actor Billy Porter, quien lo lució en la alfombra roja de los Premios Oscar del año 2019. La riqueza del terciopelo negro con detalles satinados es una verdadera obra maestra que redefine los alcances de la opulencia en la actualidad.
Luego, se puede ver el polémico vestido que Harry Styles usó para la portada de la revista Vogue con conjunto con una chaqueta, diseñados especialmente para él de la mano de Alessandro Michele para Gucci. Además de haber sido el primer hombre protagonista de una portada de Vogue, sus recordadas imágenes han desatado un sin número de discusiones sobre los límites y la deconstrucción de la masculinidad en torno a la moda. Sin duda, Harry Styles es y será un ícono para su generación y en esta exposición así lo demuestran.
Por último, la muestra cierra haciendo un pomposo hincapié en el creciente fenómeno del drag. Se trata de un vestido de la diseñadora británica Ella Lynch utilizado por Bimini Bon Boulash, drag queen que ha revolucionado a la cultura pop por sus innovadores acercamientos entre el arte del transformismo y la alta moda.
Fotos: Cortesía del Victoria & Albert Museum
Cristián Pavez