“La vida me ha enseñado a tener paciencia, pero todavía me cuesta”
La top model, hoy también empresaria, practica yoga, corre maratones, desfila y lucha por el derecho de la mujer a una maternidad segura, además de ser la imagen de la nueva Eternity Fresh for Her de Calvin Klein.
Se asoma a la pantalla del ordenador con camiseta blanca, el pelo recogido y ni gota de maquillaje. Sonríe sin impostura. Toda ella respira paz, como si acabara de hacer una sesión particularmente buena de yoga en vez de encadenar entrevistas. Verla es como viajar con un billete exprés a los años noventa, cuando Christy Turlington, junto a Linda Evangelista y Naomi Campbell, formaba la “santísima trinidad” de la moda. Eran tiempos de supermodelos y ellas estaban literalmente en todas partes.
Hoy, a sus 51 años, Christy es mucho más que una top model. La han definido como filántropa, activista, empresaria, yogui… “Me identifico con todos pero no hay ninguno que me defina del todo”, dice. “Intento evolucionar, seguir creciendo e incorporar nuevos conceptos con los que reconocerme en el futuro”, comenta. “Hoy me definiría primero como mujer, después como esposa, madre, compañera…
¿Cómo me ven mis amigas? Depende de cual escoja, porque hay diferentes partes de mí misma que comparto con unos u otros. Algunos me identificarían con humor, diversión y aventura; otros con mi faceta más seria, esa en la que intento ser mentora de mujeres más jóvenes y de proyectos que conozco o me interesan”.
Uno de esos proyectos sin ánimo de lucro, Every Mother Counts, es propio y surgió a partir de una experiencia íntima y muy personal. Christy sufrió una hemorragia post parto y, en buenas manos médicas, sobrevivió. Otras mujeres que no reciben los cuidados adecuado, no tienen tanta suerte. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 800 mujeres mueren a diario por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. “Fundé Every Mother Counts hace 10 años y estoy muy orgullosa de que todavía exista. Lo duro no es crear algo, lo más difícil es que se mantenga”, reflexiona la modelo.
“En estos años he aprendido mucho aunque a veces pienso: ¿Dónde me he metido? Es mucha responsabilidad pero hay que seguir adelante. Nuestro objetivo es mejorar el acceso a la salud y disminuir la mortalidad en el parto en todo el mundo, sobre todo allí donde las mujeres son más vulnerables. También hacer entender que la maternidad no acaba con el nacimiento, sino que ha de incluir también la infancia”, explica.
“Esperamos poder empezar a influir en los cambios que se necesitan”. Haiti, Guatemala, India, Bangladesh, El Salvador, de donde es originaria su madre… Turlington entiende la filantropía como algo proactivo: “Hemos de redefinir qué es la filantropía. Ha de ser algo muy activo, no eso tan antiguo de dar y recibir”.
Una de las lecciones prácticas que le ha enseñado la vida es a tener paciencia. “Me costó muchos años y aún soy impaciente con muchas cosas. Necesito practicarla a diario”, confiesa. Quiere que sus hijos sean “empáticos, amables, generosos, apasionados y abiertos de mente”, cualidades que le gustaría representar para ellos. Debe de estar haciéndolo bastante bien porque entre sus referentes cita a Grace, su hija de 17 años. “Es extraordinaria, curiosa, comprometida con lo que cree… Ahora somos ya dos mujeres, puedo aparcar un poco mi rol de madre y aprender de ella”, asegura orgullosa.
¿Un mantra que vaya a juego con su estilo de vida saludable y espiritual? “Ayer mismo hablaba con una amiga del libro Yo soy eso, del filósofo hindú Sri Nisargadatter”.
En 1988, hace una eternidad, Christy Turlington fue la primera imagen de Eternity. “ Recuerdo que trabajar para Calvin Klein era lo más. Para mí la fragancia huele a vida, a felicidad, es vigorizante y está cargada de energía positiva”, comenta.
Se la pone “cuando quiero convertir un momento en especial”. Uno de esos momentos es salir a cenar con su marido, el actor y director Edward Burns. En 2014 compartieron la campaña de Eternity. “Fue algo único porque era la primera vez que trabajábamos juntos, conocíamos a los fotógrafos, Inez & Vinoosh, que eran también pareja y hasta llevamos a los niños al rodaje; esta última campaña ha sido particularmente interesante y divertida por conocer a nuevos talentos”.