La dieta SIBO puede evitar el sobrecrecimiento bacteriano en tu tracto digestivo y mejorar tu flora para propiciar una mejor salud en general.
Mujer con pantalones anchos / PEXELS
El llamado sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) ocurre cuando las bacterias que generalmente crecen en una parte de tu tracto digestivo, como el colon, «toman» tu intestino delgado. Si no se trata, puede causar dolor, diarrea y desnutrición (debido a la pérdida de los principales nutrientes del cuerpo). Una dieta SIBO puede ayudar decisivamente a reducir estas bacterias dañinas.
La dieta SIBO es un plan alimenticio de eliminación gradual que tiene como objetivo reducir la inflamación en el tracto digestivo y el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. En algunos casos, eliminar solo los azúcares puede aliviar los síntomas. Los médicos a menudo sugieren incorporar una dieta baja en FODMAP, que son carbohidratos difíciles de digerir que las bacterias intestinales fermentan en el colon.
Cuando los carbohidratos no se pueden descomponer, se asientan en el intestino y pueden causar síntomas como diarrea e hinchazón. Además, si hay un crecimiento excesivo de bacterias, las del intestino delgado comienzan a fermentar los carbohidratos demasiado pronto, lo que provoca muchos síntomas indeseados y molestos.
Alimentos que se deben evitar
La dieta baja en FODMAP ha sido clínicamente probada para tratar el síndrome del intestino irritable y los síntomas relacionados. A menudo, quienes lo padecen también sufren SIBO. Eliminar o reducir los alimentos ricos en estos carbohidratos puede mejorar notablemente tu salud digestiva y flora.
Mujer comiendo nueces/PEXELS
Es importante suprimir la fructosa, los azúcares simples que se encuentran comúnmente en frutas y algunas verduras, miel y néctar de agave. También la lactosa, una molécula de azúcar en los productos lácteos, así como los fructanos, un compuesto de azúcar que se encuentra en productos con gluten, frutas, algunas verduras y prebióticos, los galactanos, un compuesto que se encuentra en algunas legumbres, y los polioles, un alcohol de azúcar que a menudo se usa como edulcorante.
Los alimentos que puedes considerar eliminar de tu dieta que incluyen cantidades más altas de FODMAP incluyen miel, refrescos, ajo, cebollas, espárragos, coliflor, alcachofas, frijoles, manzanas, embutido, yogur con sabor, helado, cereales endulzados, cebada, centeno, granos o guisantes.
Alimentos para comer en una dieta SIBO
Si bien la lista de alimentos que debes evitar puede parecer restrictiva, hay otros muchos que puedes disfrutar mientras sigas esta dieta, que es temporal. Una dieta SIBO debe centrarse en alimentos ricos en fibra y bajos en azúcar. Algunos alimentos contienen cantidades bajas de FODMAP en porciones pequeñas, pero deben limitarse en la medida de lo posible.
Algunos de los alimentos indicados para una dieta baja en FODMAP incluyen carne, pescado, huevos, galletas sin gluten, avena, cereales sin azúcar (con granos bajos en FODMAP), brócoli, verduras de hoja verde, zanahorias, calabaza, quinoa, semillas y algunas frutas como arándanos, uvas, naranjas y fresas.
El apoyo de la dieta
Los antibióticos son el tratamiento principal para tratar los síntomas de SIBO. Sin embargo, los estudios muestran que los cambios en la dieta, como limitar los azúcares y la lactosa, también pueden contribuir a reducir el crecimiento excesivo de bacterias. La dieta SIBO se puede utilizar en combinación con antibióticos y probióticos.
Un estudio de 2010 ya mostró que la incorporación de suplementos probióticos y alimentos ricos en probióticos en tu dieta ayuda a reducir los síntomas de SIBO. Mientras estés realizando una dieta SIBO, beber más agua reducirá el dolor y facilitará la digestión. Pero recuerda: antes de realizar cambios en tu plan alimenticio, analiza los riesgos con tu médico o dietista.
La dieta SIBO es bastante llevadera y dura por lo general entre 2 y 6 semanas. Si bien se considera un método de tratamiento eficaz, cabe insistir en que este plan alimenticio trata los síntomas, pero es posible que no entre en la causa subyacente. Los métodos de tratamiento tradicionales no deben ignorarse. Médico y expertos en nutrición serán tus grandes aliados a la hora de obtener el mejor consejo.