De las 97 marcas inscritas en el calendario oficial de esta Fashion week que se termina el 5 de octubre, un tercio optó por los desfiles reales.

Dior transformó la pasarela en un enorme tablero de juegos de mesa, una excusa para colorear las tendencias del próximo verano con tonos vivos y apostar por las líneas minimalistas de los años 1960.

Dior transformó la pasarela en un enorme tablero de juegos de mesa, una excusa para colorear las tendencias del próximo verano con tonos vivos y apostar por las líneas minimalistas de los años 1960.

La Semana de la Moda de París abrió sus puertas con el desfile del nigeriano Kenneth Ize para presentar las colecciones primavera-verano, ante un público que llevaba mascarilla y con control sanitario en la entrada.

“Esto es un nuevo despertar para mí”, declaró Ize en el Palacio de Tokio, cuartel general de la moda esta semana en la capital francesa.

Apadrinado por la modelo Naomi Campbell, Ize ideó un desfile en el que el verde, el fucsia, el azul turquesa inspiran frescura y juventud, bajo los acordes de jazz de un saxofonista.

Sus vestidos están adornados con flecos, y la ropa está elaborada con aso oke, un tejido multirrayas y multicolor, creado por los yorubas de África occidental.

Ize es oriundo de Lagos y diplomado por la Facultad de Artes Aplicadas de Viena, donde creció. Pero su inspiración sigue siendo el rico patrimonio textil de su país, con un corte contemporáneo.

Por primera vez, Ize se atrevió para su colección alta costura con el tradicional vestido de novia. Un corte austero, una larga cola, adornada con detalles dorados. Después de Ize tenían previsto desfilar Weinsanto de Victor Weinsanto, que vuelve al calendario parisino, y la francesa Marine Serre, vanguardista y ecorrespponsable, con un desfile virtual.

La colección Serre se recrea en los materiales reciclados. No tiene miedo de presentar botas y trajes a partir de trapos de cocina, tenedores que se convierten en joyas, y largos vestidos confeccionados a partir de pañuelos.

Más de 30 desfiles

De las 97 casas inscritas en el calendario oficial de esta Fashion week que se termina el 5 de octubre, un tercio optó por los desfiles reales. Pero contrariamente a Londres, donde la mascarilla estuvo ausente, las y los fashionistas tuvieron que llevar la suya.

Dior, Chanel, Hermès, Louis Vuitton volverán a subirse a las pasarelas. Givenchy presentará el primer desfile de su director artístico estadounidense, Matthew Williams, que aporta un toque “street” a la histórica casa francesa.

La firma Balenciaga, que vistió la semana pasada en la gala del Met de Nueva York a Kim Kardashian con un vestido integral, de negro, también da cita a sus incondicionales con un desfile “real”.

Saint Laurent, la primera gran firma que abandonó el calendario oficial durante la crisis del covid-19, para mostrar su disconformidad contra el frenesí de las semanas de la moda, vuelve en su horario habitual.

Pero entre los grandes ausentes está Celine, dirigida por el creador Hedi Slimane, quien considera las semanas de la moda obsoletas, y Stella McCartney, firma del gigante del lujo LVMH. Off-White, marca del estadounidense Virgil Abloh, que también se encarga de las colecciones masculinas de Louis Vuitton, abandonó el calendario hace varias temporadas.

Un desfile homenaje al israelo-estadounidense Alber Elbaz, director artístico de Lanvin, fallecido a causa del covid-19 en abril, cerrará el evento parisino.

Y el Palacio Galliera, museo de la moda, celebra los 100 años de la revista Vogue París con una gala inaugural el 2 de octubre, mientras que el excéntrico Thierry Mugler será objeto de una exposición homenaje a partir del 30 de septiembre.

Dior convierte la pasarela en casino

El martes, Dior transformó la pasarela en un enorme tablero de juegos de mesa, una excusa para colorear las tendencias del próximo verano con tonos vivos y apostar por las líneas minimalistas de los años 1960.

Por momentos, fue como si el año y medio de parón en la pasarela no hubiera sucedido: las colas se multiplicaban en torno a los jardines de las Tullerías para ver a las celebridades y modelos que acudieron al desfile, dentro de una instalación efímera preparada para acoger a un mayor número de invitados que el centenar de las últimas temporadas.

Dentro, era la hora de disfrutar de la moda, de los colores, del juego y de la creatividad de la italiana Maria Grazia Chiuri, diseñadora de la marca, que tiró del archivo sesentero de la firma.

En aquellos años, Dior despuntaba con el creador Marc Bohan a su frente, quien sustituyó las líneas voluminosas de los años 50 por cortes depurados, minifaldas coloridas, prendas geométricas y chaquetas rectas, que Chiuri recuperó con un punto deportivo.

Bohan lo llamó el “slim look” y la prensa lo alabó entonces por cambiar por completo el mundo de la moda.

Si esta colección no vino a cambiar el rumbo de las tendencias ni de la industria en general, sí que supuso un soplo de aire fresco y una mirada lúdica de futuro, aunque un tanto nostálgica, en un contexto en el que los diseñadores se apremian a dar con el “look” que defina el período pospandémico.

El amarillo, el verde, el rojo, el azul marino, el naranja y el frambuesa simbolizan para Chiuri el juego y el replanteamiento de las reglas del arte y de la vida, como defiende la artista Anna Paparatti, con quien colaboró para crear el escenario.

El poder de los años 60

En la pasarela, una serie de casillas gigantescas colocadas como una escalera de caracol, las modelos permanecían estáticas hasta que les llegaba el turno de desfilar, una nueva forma de ver los diseños dejando al espectador el tiempo de no perderse ni un detalle.

Destacaron los minivestidos de cuello “halter” con estampados gráficos de animales salvajes, los pantalones cortos de seda tipo boxeador con bata a juego y las cazadoras rectas tipo bolero reinterpretadas en un efecto acolchado.

Los colores permitieron reinventar cada estilismo en varios tonos, ahondando en la idea del juego, aunque Dior no dejó atrás su fondo de armario: el traje de chaqueta en negro y con camisa blanca que se renueva con un pantalón de bermudas o la camisa masculina que ahora se lleva con falda negra tableada.

Saliendo también de la tendencia general de volver a los tejidos naturales, en pro de la ecología y el reciclaje, Dior recuperó el nailon y el neopreno en los volúmenes, los bordados en tres dimensiones y los tejidos brillantes.

En los zapatos, reinó la bailarina tipo mercedita, modernizada con colores fluorescentes, cuerdas en torno a la pierna, así como botas planas de punta cuadrada.

Chiuri se inspiró mucho en el trabajo de Paparatti, icono de las artes italianas en los años 60, marcado por la libertad, la experimentación y la rebelión, tres de las claves que Chiuri ha buscado desde su llegada a la marca en 2016.

Estos seis años han sido para Dior una transformación hacia una moda mucho más comercial, pero también más feminista y reivindicativa en sus mensajes, que han aliado el diseño de Chiuri con la filosofía de algunas de sus referentes: Chimamanda Ngozi Adichie, Eva Jospin, Lucia Marcucci o Tomaso Binga, entre otras.

París rendirá homenaje al diseñador Thierry Mugler

La Semana de la Moda de París rinde homenaje a la exuberancia y la locura creadora de Thierry Mugler, diseñador de moda, artista y fotógrafo que marcó época en los años 1970 y 1980 con sus espectaculares desfiles, tan alejados del mundo virtual que trajo el covid-19.

“Es importante mostrar lo que representa Thierry Mugler en 2021 para las nuevas generaciones, que son quizás más uniformes y menos proclives a la creatividad en una moda más comercial”, explica Thierry-Maxime Loriot, comisario de la exposición homenaje que se abre el jueves en el Museo de Artes Decorativas.

Thierry Mugler fue uno de los modistos de iconos como Madonna, más adelante de Beyoncé, o de tops models como Linda Evangelista. Era la época dorada de los desfiles espectaculares, lujosos, sin reparar en gastos ni pequeños o grandes escándalos.

La exposición de Thierry Mugler será presentada como una “ópera en nueve actos” con instalaciones y efectos visuales. “La gente ya no va al cine porque tiene Netflix. Pues aquí van a poder descubrir el universo Mugler a través de fotos, cuadros y fragmentos de cortos”, destaca el comisario de la exposición.

Toda una declaración de principios en un mundo en el que lo más importante es “ser amado en las redes sociales”, explica.

“A todos nos gusta escuchar música en la radio, mirar una película en la pantalla del ordenador, la moda de forma virtual. Pero la verdadera emoción es la que vives cuando estás en contacto directo con la creación”, añade el director del Museo de Artes Decorativas, Olivier Gabet.

La presentación de colecciones primavera-verano 2022, iniciada el lunes, continúa este miércoles con las propuestas de Balmain o Acne, que seguirán al desfile esta noche de Saint Laurent.

Charles de Vilmorin y su gran debut

Debutando en esta Semana de la Alta Costura de París, el joven de 24 años dijo presente con una aparición grandilocuente, estableciendo una referencia en la industria. La propuesta estuvo enmarcado por un arcoíris de maquillaje corporal, que fue el contraste perfecto para las piezas.

Junto abrigos de hombros atrevidos, minivestidos con pechos incorporados y abrigos acolchados recortados, cubiertos de mariposas, corazones, y rostros, cada uno pintado a mano por el propio diseñador; fueron los pilares de esta colección.

Monica Brun   

Direccion Editorial