Maria Grazia Chiuri es la última diseñadora que toma la novela de Virginia Woolf como el eje central de su propuesta de otoño-invierno 2025-2026
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Por motivos obvios, citar en 2025 a Orlando parece más pertinente que nunca. Dior ha sido la última firma de moda en ponerlo en el foco: su colección de otoño-invierno ha versado precisamente de esta obra culmen de Virginia Woolf, y en conversaciones previas al desfile, la figurinista Sandy Powell ha sido la encargada de dar un marco apropiado a la presentación. Resulta imposible elegir persona más adecuada: ella fue la responsable del vestuario que lució Tilda Swinton en la adaptación cinematográfica de 1992: “Orlando parece tan adelantada a su tiempo”, explica Powell en un vídeo de Dior al respecto de su trabajo en el filme. “La mayoría de las siluetas y la forma en la que la ropa está cortada es históricamente precisa, pero estilizada de alguna manera. Todo se construye sobre una base, que generalmente es un corsé y después, un guardainfantes o una crinolina, dependiendo del periodo en el que se encuentra”.
Con un escenario orquestado por el artista visual Bob Wilson como telón de fondo, la colección de Maria Grazia Chiuri ha sido un despliegue de cinco actos que revisita la histórica fascinación que la moda ha sentido por la figura de Orlando. Por un lado, lo más obvio: la construcción de estilismos a partir de prendas historicistas, como hizo Powell en el vestuario. Así, el corsé es una pieza clave a la que se le da un toque actual a base de superponerlo a camisetas con mensaje y camisas blancas, que también pueden llevarse abiertas. Las mini crinolinas y mini guardainfantes son ya una constante en el sello de Chiuri, que interpreta como en otras ocasiones a base de de estructuras rígidas, entrelazados y encajes, en una versión más cercana a la lencería que al conjunto ceremonial de corte que se esperaba de una mujer de alta alcurnia propia de la época en la que arranca el argumento de Orlando.
Chiuri no es la primera ni la última creadora en subir Orlando a la pasarela. Ha sido una constante entre creativos como Palomo Spain o Nicolas Ghesquière. Sus saltos en el tiempo son un caramelo con el que dar rienda suelta a la imaginación, pero es precisamente la fluidez de género lo que hace que su personaje se convierta en una figura universal. “No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo solo los trajes siguen siendo de varones o mujeres”, solía decir Virginia Woolf, quien le daba mucha importancia a la ropa. Su protagonista mantiene una identidad, pero en diferentes momentos de la obra prevalece en su armario prendas que son normativamente de hombre o de mujer. Esta ambigüedad entre masculinidad y feminidad se proyecta sobre la pasarela de Dior a través de la fusión de códigos que ya se fueron incorporando progresivamente al estilo de la mujer.
Así, el Orlando de Dior viste camisas con chorreras combinadas con casacas entalladas y bermudas, un poco al estilo terno dieciochesco, pero sumándole botas negras con escote en el empeine. O chaquetillas renacentistas que se conciben en cuero negro, en un contraste con la blusa transparente y fina gorguera que asoma por debajo. En el otro extremo, los conjuntos de encaje y los vestidos de tacto aterciopelado se combinan con calcetines negros de ejecutivo y zapatos masculinos como brogues y oxford. La apuesta no es nueva, pero siempre resulta refrescante ver la forma en la que los diseñadores llevan a su terreno todas las posibilidades a las que invita Orlando.
La visión de Chiuri para el otoño-invierno 2025 pasa también por centrar la atención en el abrigo. Se llevan los trenchs de brillo satinado con estampados de tapices, pero también abrigos de cueros oversize con un toque majestuoso gracias al efecto pelo de armiño moteado que se lleva también a modo de chaquetilla. La diseñadora italiana también incluye cortavientos con motivos botánicos y sus eternas botas de boxeo con cordones, en dos de los gestos más actuales de la colección.