Inaugurada en la Met Gala del pasado 13 de septiembre, la actual exposición que alberga el Metropolitan Museum of Art de Nueva York reúne lo más célebre de la moda estadounidense de los siglos XX y XXI. Con un completo repaso histórico, esta muestra es inédita en compendiar la esencia de la moda americana y evidenciar su relevancia actual.
¿Qué es la moda americana y qué la hace única? Esa es la pregunta que intenta responder la ambiciosa exposición que actualmente alberga el Met Museum y que no ha estado fuera del foco de la crítica. Como es sabido, las exposiciones de moda que llegan a este prestigioso museo suelen tener una delimitación clara y concisa de sus temáticas. Sin embargo, hablar de moda americana se hace complejo, confuso y ambiguo. La imitación del sistema francés de la Alta Costura es parte esencial de lo que hoy constituye la moda made in USA, por lo tanto, es imposible escapar al reconocimiento del colonialismo como proceso histórico fundamental para reconstruir la línea de tiempo del vestuario en Estados Unidos. En el marco de “In America: A Lexicon of Fashion”, en vez de hacer un recorrido por los hitos más icónicos de la moda, el equipo curatorial de la muestra construyó un diseño museográfico que define a la moda americana en 12 secciones que representan cada una una cualidad emocional de ella. Es así como los conceptos de confianza, alegría, seguridad, fuerza, nostalgia, conciencia, comodidad, asombro, deseo, afinidad, deleite y pertenencia agrupan piezas de moda femenina y masculina que provienen, en su mayoría, de diseñadores vigentes en el siglo XXI. Esta manera abstracta y ecléctica de mirar la moda contemporánea en Estados Unidos ha derivado en darle un relato de acuerdo a los procesos psicosociales que han dado forma a la historia del país. Quienes más han criticado la exposición coinciden con la oportunidad perdida de generar discurso a través de la moda, en la que denuncias sociales en torno a la diversidad e inclusividad son parte de las conversaciones que han podido darle algún tipo de sello a la moda americana de hoy. Asimismo, considerando la extensa gama de identidades culturales que están contenidas en el territorio norteamericano, más que emociones, la moda americana retrata diferentes tipos de representación que colectivamente conforman un sentido de nación.
Son alrededor de 100 piezas las que dan forma a la exposición. Nombres emblemáticos como Ralph Lauren, Óscar de la Renta, Carolina Herrera, Tom Ford, Halston, Calvin Klein, Diane von Furstenberg, se congregan junto a diseñadores que han logrado su fama en el nuevo milenio, teniendo a Nueva York como la capital de moda sobre la que han marcado los pasos de sus respectivas carreras. Sin una explicación lógica sobre cuestiones técnicas que hacen de la moda americana algo distintivo, el recorrido deja en entredicho que en Estados Unidos la moda acarrea un fuerte componente de cultura popular. La maquinaria de Hollywood y el llamado star system han relegado a la moda a convertirse en un indicador de importancia según quiénes visten y cuándo lo hacen.
Otras piezas textiles, como edredones y banderas aparecen para dar cuenta de procesos creativos que datan de los tiempos de la Guerra de Secesión, no obstante, es Charles James el autor del vestido más antiguo que puede encontrarse en la muestra. Con un modelo que data de 1942, la muestra rinde homenaje a quien fuera considerado como el verdadero couturier americano. Entre 1939 y 1958, Charles James marcó una época dorada de la moda americana que sentó las bases del glamour de las alfombras rojas de hoy, logrando el respeto y amistad de leyendas parisinas como Christian Dior y Paul Poiret.
Junto a él, otros pioneros más recientes de la moda estadounidense como Kerby Jean-Reymond son parte de la nómina de diseñadores presentes en la muestra. A la luz de los acontecimientos y el activismo asociado al movimiento antiracista Black Lives Matter, Kerby ha sido clave para poner en evidencia la falta de oportunidades para los talentos negros en la moda americana. Con su marca Pyer Moss, Kerby hizo historia al ser el primer diseñador afroamericano en ser invitado a la Semana de la Alta Costura de París y es hoy uno de los referentes más importantes de la escena neoyorkina.
Además de estos célebres nombres, la exposición se detiene también en diseñadores que marcaron la estética de los años 90 y que lograron poner a Nueva York en la cima de la moda. Marc Jacobs, Isaac Mizrahi, Donna Karan y Anna Sui son también protagonistas de la línea del tiempo e inspiradores de las nuevas generaciones. No sólo despertaron la conciencia de la moda de movimientos culturales como el grunge, sino que también definieron una estética que miraba hacia el nuevo milenio con optimismo y que veía la evolución de la tecnología con ojos optismistas gracias a la aparición de Internet como un fenómeno que lo cambiaría todo.
Aunque a simple vista pareciera que sólo los jeans y la moda deportiva son parte de la herencia americana, “In America: A Lexicon of Fashion” es un ejemplo de cómo la postmodernidad ha permitido elaborar una retórica emocional en torno al vestuario de origen estadounidense. Desde la elegancia tradicional de Ralph Lauren, el glamour setentero de Halston, la pulcritud de Carolina Herrera y la sensualidad de Tom Ford, el hilo conductor que hace de la moda americana un pilar fundamental del vestuario de hoy es el significado que adquiere en la visualidad de las calles, en la convivencia cotidiana y en las diferentes sensibilidades políticas que forman parte la sociedad.
Abierta hasta mayo de 2022, esta exposición finalmente desmenuza el alma americana de la moda y reinterpreta, en un complejo ejercicio curatorial, las relaciones que la moda alcanza en una “nación de naciones”. Sin duda, un interesante recorrido para maravillarse e identificar diferentes estéticas del tejido social norteamericano. Pero también para reflexionar sobre nuestra propia relación con el vestuario y de qué manera el pulso de las sociedades occidentales es dominado en gran medida por la importancia que Nueva York tiene como agente cultural en esta parte del mundo.
Cristián Pavez Diaz