Hoy más que nunca, las exigencias del mercado de la moda masculina han obligado a las marcas a complejizar sus propuestas. Es así como aquellas marcas que hacen Alta Costura en París están aventurándose cada vez más en hacer de la moda masculina un arte.

Desde que la Alta Costura comenzara a tener nombre y apellido en 1858 gracias a la House of Worth del británico Charles Frederick Worth, esta manera de hacer moda ha estado desde siempre consagrada al cuerpo femenino. Establecida como una denominación de origen estrictamente parisina, esta rama de la moda despierta tanto curiosidad como opiniones incendiarias que en cada temporada vienen a cuestionar la vigencia del rol que tiene en la actualidad. Extravagante, opulenta y poco práctica, la Alta Costura está lejos de tener intenciones de satisfacer el ámbito cotidiano de la moda. Sin duda, este tipo de diseño y confección es la variante artística que tiene la industria y su existencia es vital para reconocer el talento, el oficio y la tradición artesanal que diferencia a las casas de moda de París con las del resto del mundo, agrupándolas en un selecto club de élite.

Actualmente, el mercado masculino está tocando las puertas de la Alta Costura con ansias de volver a tomar un rol importante en el vestir. Luego de recibir numerosos encargos de parte de una clientela masculina, las casas parisinas han decidido para este año innovar en su público objetivo e incluir a los hombres en sus colecciones. A pesar de todo, la idea de implementar Alta Costura Masculina no es nueva. Ya en 1996, Jean-Paul Gaultier planteaba que el futuro y la subsistencia de la alta costura parisina estarían marcados por las colecciones mixtas y fue así como debutó en la Alta Costura para la temporada primavera-verano 1997 incluyendo looks masculinos.

Durante la pasada edición de la Semana de la Alta Costura de París, tres casas de moda presentaron looks masculinos en sus pasarelas, planteando la posibilidad de una tendencia de mercado. Así, las colecciones otoño-invierno 2021 de Balenciaga, Maison Margiela y Valentino (que si bien es miembro de la Chambre Syndicale, realizó su desfile en Venecia) quedaron marcadas por su intención evidente de abrirse a la moda masculina con la misma factura, precisión e impronta artística que la tradicional, orientada a la mujer.

Finalmente, ¿es la Alta Costura una nueva manera de evidenciar el consumo de lujo para el mercado masculino? Todo indica que la incansable búsqueda de exclusividad e identidad propia es el motor principal que está devolviéndole la ostentación a la moda masculina. Mientras que la Alta Costura sigue luchando por mantenerse vigente, no hay duda de que la arremetida del hombre como cliente está reposicionándola como un valor agregado de la moda francesa y dándole a París la oportunidad de comenzar una nueva era.

Cristián Pavez