Los brazaletes, los pendientes de aro y los anillos XL, los destellos plateados… Estas son algunas de las propuestas
Si la lección de las tendencias de primavera-verano para la próxima temporada ya se ha estudiado, es momento de ver las joyas tendencia de primavera-verano 2022.2023 Pueden esgrimirse distintos argumentos, como el que habla de que son un sector fundamental para entender qué está sucediendo a nivel narrativo en la moda (sobre todo en el plano del hedonismo), que habla de movimientos empresariales por parte de las marcas de lujo (¿están invirtiendo más o menos en alta bisutería? ¿Quieren ampliar su negocio por esa vía?) y de cómo el sector de la joyería puede renovarse más o menos para acercarse quizás no al ritmo de la industria de la moda, pero sí a la novedad que parece ser parte de su motor. A un gusto más apegado a lo extremo, quizás. Pero quizás el principal argumento que se puede poner sobre la mesa es uno más práctico (y puede que prosaico): estas joyas son un modo rápido y sencillo de acercarse a las tendencias de la temporada sin tener que hacer inversiones en las prendas o sin tener que poner en práctica estilismos que podrían parecer fuera de contexto. Porque el hilo conductor que une las lentejuelas de los vestidos y las piezas XL de joyería, como anillos o chokers, es la de ese mencionado hedonismo y recuperación de la alegría de vestir que atraviesa las creaciones de aquí y ahora. ¿La manera en la que se muestra en joyas bisutería? Gracias a medidas grandiosas y a olvidar lo correcto o incorrecto.
Los anillos XL
Es una de las primeras joyas tendencia en primavera-verano 2022 porque, además, es una de las más sencillas de llevar, aunque las líneas y su modo de uso pueda inducir lo contrario. Porque sí, los anillos ahora son grandes, muy grandes, y nunca se llevan en solitario: en la ecuación tienen que aparecer, al menos, dos, aunque aquí más es más. Es lo que demuestran Christian Dior o Givenchy, además de Erdem, Valentino o Balmain, donde los anillos pueden incluso fusionarse para crear bandas que cubran todos los dedos. Aun así, no hay que perder de vista los individuales, ya que, al fin y al cabo, permiten mayores posibilidades de combinación.
Las joyas inspiradas en los años 80
Aunque las tendencias en materia de ropa han estado muy marcadas por la estética de los años 90 y 2000, es posible encontrar un buen puñado de joyas y bisutería que miran un poco más atrás para envolverse en el encanto de lo eighties. El mayor exponente es, quizás, Saint Laurent by Anthony Vaccarello, donde, de hecho, las prendas también se recrearon en las hombreras y en las toreras. Pero también se colaron en Miu Miu, donde la tónica iba por una curiosa mezcla (como ya se está mencionando en algunas cuentas de cultura pop) entre la Mia Colucci de Rebelde (2004-2006) y Bill Gates.
Las joyas corporales
M.J.P.M.
Unas líneas más arriba hablábamos de los 2000, y aquí están, en su mayor expresión. Es difícil olvidar todas esas imágenes de Britney Spears o Christina Aguilera llevando pantalones de tiro bajo y cropped tops que se complementaban con cadenas finas que iban de sus hombros a su cintura, dibujando caminos enjoyados que podían ser más sencillos, como los de (curiosamente) Blumarine o Acne Studios o bien más naíf, como los de flores de Anna Sui. Sin olvidar, claro está, el espíritu boho que recupera Marine Serre. ¿La clave? Que las cadenas se unan en el centro.
Los pendientes de aro monumentales
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Si se necesita otra muestra de que el minimalismo en joyas y bisutería no está viviendo su mejor momento, es este: incluso las criollas o los pendientes de aro se transforman para adaptarse a las formas grandes, a los adornos. A cierta épica, incluso. Una primera muestra está en Versace, donde los aderezos se mantienen al mínimo, dejando que el metal sea el protagonista, pero también se puede echar un vistazo a los de Burberry, que se ensanchan en color negro. Alaïa sigue esa estela añadiendo un nuevo giro gracias a perforaciones, mientras que Fendi juega con las asimetrías. Y aunque los de Isabel Marant sean más triangulares que redondos, tampoco se pueden descartar con ligereza.
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Las de eslabones, concretamente. No es ningún secreto que esta silueta lleva mucho, pero que mucho tiempo en el primer plano de las tendencias, y ahora parece haberse convertido en un imprescindible de joyero para millennials y parte de la generación Z. Por eso, no es extraño que las firmas sigan incluyéndolas y versionándolas en sus colecciones, como sucede en Rokh, colgantes mediante, Givenchy, Paco Rabanne o Valentino. Si hay que aprender algo de esas propuestas es que cuanto más cortas y más anchas, mejor.
Las joyas con flecos
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Si están en la ropa, tiene sentido que den el salto también a los complementos. Lo bueno es que se permiten aparecer de un modo más canónico, como en los pendientes de Patou o Courrèges, o en el collar de Balmain, o de una manera más especial, como en la gargantilla de perlas de Chanel. Porque no solo de hilo viven estos particulares flecos.
Los chokers anchos
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Después de ver la colección de otoño-invierno 2021-2022 de Celine by Hedi Slimane, era difícil no vaticinar la vuelta de los chokers, y las propuestas de primavera-verano 2022 parece confirmar esa primera idea. El de Lanvin, brillante y oscuro, sigue esa estela joya, algo que también sucede con el plateado de Dolce & Gabbana, mientras que los de Balmain o Burberry exploran otros materiales y formas para aportar un aire incluso grunge a los looks.
Los destellos plateados
M.J.P.M.
Aunque el oro amarillo suele ser uno de los más populares y relacionados con la estética de los años 80 y de los 2000 que sobrevuela parte de las tendencias de joyas de la temporada, hay un enorme hueco para los destellos plateados, tanto en plata (de primera ley) como en oro blanco, acero y derivados. Algo curioso cuando, en líneas generales, a los clientes de joyería les cuesta invertir en estos materiales porque “no lucen” tanto como el oro amarillo o rosa. Sin embargo, parece el color adecuado para piezas más grandes y epatantes, como los collares de Tory Burch, Ports 1961 o Alexander McQueen o las pulseras de Hermès, sin olvidar también las de Salvatore Ferragamo o los pendientes de Marine Serre.
La inspiración surrealista
M.J.P.M.
Las formas figurativas ya empezaron a hacerse un hueco en las tendencias de joyas del otoño-invierno, así que tiene sentido que continúen pasados los meses de frío. Schiaparelli sigue siendo la firma a la que mirar de manera obligatoria para experimentar con esta suerte de inspiración surrealista, ya que cualquier parte del cuerpo le puede servir para realizar colgantes o pendientes. Simone Rocha también parece haber recibido el encargo, ya que ha escogido los dientes para realizar pendientes pequeños que completaban su colección inspirada en la maternidad. Coach, en cambio, prefiere las mariposas para acercarse con diversión a esos ubicuos 2000.
Joyas de colores para animar el otoño-invierno 2021/2022
Giuliano Menegazzo