Una aromática conversación desde Grasse, en exclusiva para ELEMENT, con Olivier Polge —nariz bandera de Chanel; creador de Gabrielle y, sí, hijo de Jacques Polge — sobre su proceso creativo, entre otras cosas.
La relación entre la Casa Chanel y la cuna francesa del perfume, Grasse, es larga y simbiótica. Luego de más de medio siglo de producir flores, como el característico Jazmín utilizado en las fragancias Chanel, en 1987, Jacques Polge comprometió a la Casa a participar activamente en el cultivo sostenible de sus flores en la región; una tarea realizada en asociación con la familia Mul, quienes han trabajado los campos de flores por décadas. Chanel crece y cultiva cinco de sus propias flores: Jazmín, Rosa, Geranio, Iris y Nardo. Este último no protagonizaba ninguna fragancia hasta que salió Gabrielle, el primer perfume nuevo de Chanel en 15 años. Viajar a Grasse para presenciar su cosecha y aprender del propio Joseph Mul, a desprender una flor de su tallo, fueron las experiencias claves para entender el universo detrás de la perfumería Chanel.
¿En términos de proceso, cuál es la diferencia entre refrescar una fragancia clásica y establecida como Nº5 o Chance, y crear una completamente nueva como Misia, Boy y Gabrielle?
Es completamente diferente porque es un tema de estética y libertad. Por un lado tienes que ser muy creativo y jugar mucho para agregarle algo nuevo a una fragancia que ya ha sido establecida. Por el otro lado, puedes abrir una puerta nueva y crear algo original. Pero creo que siempre se tiene que ser cuidadoso con la identidad de la Casa. Gabrielle, por ejemplo, aunque es un nuevo perfume, tenía que ser leal a nuestra estética y a quiénes somos en el mundo de las fragancias. Esto se logra a través de ciertos ingredientes y modos de crear perfumes.
De hecho, tus tres creaciones originales para la Casa —Misia, Boy y Gabrielle— son inspiradas en personas y no en conceptos. ¿Esto es por pura coincidencia o buscaste a propósito crearlas así por alguna razón en particular?
Creo que es pura coincidencia. Personalmente, no me gustan mucho los conceptos a la hora de crear una fragancia porque se debe tener la sangre de alguien. Un concepto o idea es algo muy frío para ser creativo. Al final de cuentas, creo que una fragancia habla por sí sola. Por suerte, para Gabrielle, Chanel ha tenido una larga experiencia en fragancias. [Mademoiselle] nos dejó con aromas muy específicos, y en esos aromas hay aceites esenciales muy particulares que aparecen y reaparecen constantemente. Creo que esto dice mucho sobre su personalidad.
¿Cómo usas un aroma para expresar un concepto versus individualidad?
Es muy difícil explicar lo que se comunica con una fragancia. Yo creo que puedes capturar un espíritu o un momento. Pero cuando de comunicación se trata, creo que quien dice algo es la persona quien lleva la fragancia. Hay ciertas palabras que cada quien utiliza, la forma en que te mueves—son cosas que dicen algo sobre uno, al igual que la fragancia que llevas.
¿Mientras creabas Gabrielle, aprendiste algo nuevo sobre Mademoiselle que te haya sorprendido e inspirado a crear la fragancia como es hoy día?
A la hora de crear Gabrielle no hice mucha investigación ni aprendí nada específico sobre ella, pero logré crear esta fragancia luego de varios años de estar cerca del MG universo de Mademoiselle y de sentir ciertas cosas. Ocurrió muy naturalmente. Al final, ella nos dejó algo en nuestros aromas. Creo que hay nuevas formas de contar algo sobre ella.
Hay una sensación de Les Exclusifs en Gabrielle —un fuerte individualismo. Y a la vez, un sentido de comodidad y familiaridad. ¿Estás de acuerdo?¿Esto se debe a algún ingrediente en particular?
Sí, creo que Gabrielle abarca este aspecto de Les Exclusifs y también una amistosa familiaridad. Hay algo en las flores blancas que componen Gabrielle que para mí siempre se refiere a una personalidad extrovertida; las flores blancas son aromas fuertes. Al mismo tiempo, las trabajé de una manera fresca—buscando ciertos lados efervescentes de estas flores. Traté de mantener esta dualidad, que me parece interesante.
¿Cuál es tu Les Exclusifs favorito y por qué?
Hay muchos Les Exclusifs, cada uno tiene su propia historia. ¡Quisiera poder decirte más de uno! Es interesante que algunos de ellos están desde la época de Mademoiselle. Ella participó en la creación de Nº22, Cuir de Russie, Bois des Iles. Mi favorito hoy es… posiblemente ¡si me preguntas mañana te podría decir otro! Sycomore: porque tiene mucha profundidad y evoca madera. Vetiver: es difícil describir qué es lo que me encanta del Vetiver.
Para aquellos que no sabemos exactamente cómo funciona la perfumería, ¿nos puedes explicar cómo los ingredientes de Gabrielle trabajan en conjunto para exaltar o esconder uno u otro?
Es difícil hablar de fragancias o explicarlas porque no hay reglas establecidas. Con Gabrielle, mi meta al menos era realmente expresar las flores. Diría que casi que intenté esconder todo lo demás. Es decir, cualquier cosa que agregaba era para enaltecer a las flores. Su combinación es muy importante—la estética que resultó en Gabrielle es el resultado de la mezcla de estos cuatro ingredientes principales que son, desde el más ligero hasta el más voluptuoso; Azahar, Ylang Ylang, Jazmín y Nardo. Nardo siendo el más voluptuoso, Ylang Ylang siendo más cremoso y Jazmín creo que es el más femenino. Tiene una calidez también, y una profundidad. Es uno de los más complejos ingredientes que tenemos en la perfumería. Y por último, el Azahar, que creo es muy efervescente y evoca al sol.
¿Qué métodos y técnicas innovadoras emplea Chanel en sus fragancias?
OP Hay técnicas involucradas en nuestras fragancias que no se pueden ver. En mi campo hay métodos aplicados a la materia prima. Para el Ylang Ylang, hay maneras especiales de fragmentar el aceite que nos ayudan a exaltar ciertos aspectos del mismo. En cuanto a el material crudo, técnicamente siempre ha sido difícil atrapar el ingrediente más volátil. Por eso siempre insisto en ellos, porque son los más efímeros. En Chanel, tenemos una cualidad especial que involucra un método de extracción de alta tecnología para capturar esos ingredientes efervescentes. La otra novedad en aromas que tenemos es el Nardo, que está siendo extraído sin solvente, y con una presión y temperatura muy específica que captura un aspecto más floral del aceite. La volatilidad de los ingredientes es muy importante porque con ella explicamos cómo una fragancia evoluciona durante el día.
Tenemos esta forma académica y simplista para hablar sobre perfumes—notas altas, notas medias y notas bajas—que se refiere al hecho que todos los materiales crudos se evaporan; algunos de inmediato. Estos técnicamente son los que ayudan a que la fragancia florezca; tienen esas notas efervescentes y afrutadas. Y, por el contrario, tienes las notas bajas que ayudan a que un perfume permanezca en la piel hasta el final del día. Es por eso que el aspecto más cálido de una fragancia es más aparente en la tarde.
Habiendo tocado el piano, estudiado historia del arte y buscado una carrera en las artes —antes de embarcarte en el mundo de las fragancias— ¿dirías que experimentas algo de sinestesia?
Siempre ha sido difícil para mí explicar estas analogías que se hacen entre la vista, el olfato, el gusto y el sonido. Hay conexiones que creo son más a causa de las sensibilidades de cada quien, y es muy importante cultivar tu sensibilidad. Pero el sentido del olfato es fuerte y a la vez débil. Usualmente, los perfumeros como yo somos siempre cuidadosos y trabajamos en ambientes muy neutrales, tipo laboratorios. Para no influenciarnos por más nada. Siempre estamos luchando contra nuestros otros sentidos. Durante el proceso creativo trato mucho de concentrarme solo en mi olfato. Pero debo enriquecer también mis sensibilidades con todos los demás sentidos.
¿Qué otra arte es más similar a la perfumería?
Creo que hay un vínculo obvio con la música—no puedes ver ni tocar un olor, de igual modo que no puedes ver ni palpar un sonido. Creo que está más conectado a las emociones que al intelecto. También hay vínculos fáciles con el color. Es muy común atribuirle un color a un aroma, de hecho.
Como perfumero, ¿cómo son tus métodos similares a los de tu padre, Jacques Polge, y cómo son diferentes?
Nuestros métodos no son tan diferentes. Pero no tenemos la misma personalidad, y dentro de este mismo método nos expresamos de maneras distintas. No pertenecemos a la misma generación tampoco. El mundo ha cambiado mucho desde cuando mi padre inició en Chanel hasta cuando yo inicié en Chanel, por tanto que la perfumería ha cambiado mucho también.
El cuero y el Pachulí son esencias que te hicieron famoso, pero no son las más comunes para la Casa. ¿Hay planes a futuro para brindarles más protagonismo?
Es interesante hablar sobre la materia prima porque siempre están en combinación una con otra. Si me preguntas sobre el Pachulí o el cuero, creo que sí forman parte de la historia de Chanel. El Pachulí es un componente importante de [el perfume] Coco Mademoiselle, por ejemplo. Hay maneras muy interesantes de usar estos ingredientes. En Chanel, nunca utilizamos el material crudo de manera pura. Siempre los refinamos. Es por esto que, por ejemplo, cuando hablas del Pachulí en Chanel, es común que utilicemos sólo una fracción del aceite. Es cuestión de nuestra estética también.
¿Eres el tipo de persona que usa una fragancia para el resto de su vida o las cambias periódicamente?
¡Soy el tipo de persona que cambia periódicamente su fragancia de toda la vida!
Olivier Polge nació en Grasse, Francia, y tenía solo cuatro años cuando su padre Jacques fue nombrado perfumista de Chanel. Los perfumes no eran un tema para Olivier en ese momento, ni lo serían en los años siguientes. Estudió Historia del Arte, se perfeccionó en piano mientras, durante los veranos, trabajaba en el Laboratorio de Fragancias Chanel. Y eso le marcó el camino.
Se anotó en Charabot, la misma casa de producción de materias primas aromáticas donde hizo su experiencia Ernest Beaux antes de crear el N°5. Luego sería contratado por International Flavors & Fragrances y enviado a Nueva York. De regreso en París, en octubre de 2013, se incorporó finalmente a Chanel. Es el perfumista de la maison, responsable de varias ediciones y líneas como Gabrielle (2017). En esta entrevista cuenta qué significó Chanel Nº5 en la evolución de la marca.
Chanel Nº5 fue creado cien años atrás, ¿qué representa hoy para la maison?
Es la columna vertebral de todos nuestros perfumes. Nº5 trazó el rumbo de los perfumes de la maison en cuanto a la identidad; más aún, los explica. Es el resultado de la intuición de Gabrielle Chanel acerca de la importancia de lo que expresa un perfume. En otras palabras, es la “gramática” de nuestro estilo.
Y como definiría ese Estilo?
Femenino, floral, sereno, opulento, moderno, misterioso.
“Nº5 trazó el rumbo de los perfumes de la maison en cuanto a la identidad; más aún, los explica”.
En su opinión, ¿qué hace que un perfume se convierta en un clásico?
Nº5 cambió el mundo de los perfumes. No remite a una flor en particular; es floral. Mantiene esa parte de misterio que permite elegir la flor que uno quiere percibir. Es también un nombre, la forma de un frasco y una gran creación comercial. Para explicar el mito de Nº5 hay que tener todas estas cosas en mente.
Si pudiera hablar con Ernest Beaux, ¿qué le preguntaría? ¿Y a Coco Chanel?
Pienso en ellos a menudo, pero sin una pregunta en particular. Lo más importante es el estilo, la identidad y la estética excepcional de Chanel.
¿Con qué adjetivo definiría a Chanel Nº5? ¿Y a Marion Cotillard, su embajadora?
Femeninas.
Olivier Polge