En espuma, en leche, en gel, agua micelar… Las opciones de texturas, ingredientes y formulaciones son casi infinitas, así que es importante saber cuáles son las necesidades de tu rostro para elegir bien.
“La limpieza facial es el paso más olvidado de las rutinas cosméticas, nos centramos en usar activos súper potentes sin tener en cuenta que el primer paso para que una rutina funcione es tener la piel limpia”, opina Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermofarmacia. Y es que, al fin y al cabo, ¿de qué sirve aportar un buen tratamiento, si lo estás aplicando sobre las impurezas que tu rostro ha ido acumulando durante el día? Sabemos que nunca (nunca, nunca, nunca) deberíamos irnos a dormir sin desmaquillarnos, pero incluso si no llevamos maquillaje, este primer paso es esencial para eliminar todo rastro de protección solar, contaminación y demás suciedad que se aglomera en nuestro rostro según pasan las horas. Agua micelar, gel, espuma, leche, aceite, bálsamo… Una vez tenemos clara la importancia del limpiador facial, llega el momento de decidir con qué cosméticos hacerlo, cuáles son mejores para desmaquillar y cuáles para limpiar, y qué ingredientes o texturas deberían tener según nuestro tipo de piel.
Doble limpieza: solo por las noches
Antes de entrar a desgranar los diferentes tipos de limpiador facial y desmaquillante, debemos tener claro cuándo utilizarlos. Una de las grandes enseñanzas que nos ha llegado de la k-beauty es la importancia de realizar una doble limpieza, pues precisamente, las coreanas hacen mucho hincapié en la relevancia de eliminar todas las impurezas antes de aplicar cualquier producto de tratamiento. Sí, este gesto doble es apto para todo tipo de pieles, incluso las secas, porque no se trata de hacer una limpieza más agresiva, sino de hacerla en dos pasos, pero siempre acorde a las necesidades de tu piel. ¿Cuándo hacerla? Rocío Escalante apunta que lo recomendable es hacerla “por las noches, para eliminar así los restos tanto de maquillaje como de los fotoprotectores. Por la mañana, sería suficiente con usar un solo limpiador”.
Las fórmulas más efectivas para desmaquillar la piel (y los ojos)
Para encontrar el desmaquillante adecuado o realizar ese primer paso de la doble limpieza, la farmacéutica señala que lo más importante es fijarnos en nuestro tipo de piel y en los ingredientes, ya que de la variedad de texturas que existen -leche limpiadora, bálsamo, gel, etc.-, “no hay una fórmula que desmaquille mejor que otras”. Eso sí, una de las opciones que más recomienda es el aceite, “porque disuelve muy bien la suciedad y no deja sensación de sequedad en la piel. Por ello es muy aconsejable para la limpieza de pieles secas, aunque también lo pueden usar las pieles grasas”, apunta.
La única opción que sí desaconseja para eliminar el maquillaje es, de hecho, una muy popular: el agua micelar. “No la recomiendo para desmaquillar a diario ni como limpiador de base. Es una fórmula muy cómoda, que se puede usar en el segundo paso de la doble limpieza o, por ejemplo, por las mañanas«, indica sobre el correcto uso de este famoso cosmético. ¿Y los ojos? Aunque hay fórmulas que sí especifican que son aptas para rostro y ojos, Rocío Escalante señala que en caso de llevarlos maquillados o de tenerlos sensibles, lo mejor será emplear una fórmula específica para esta zona, pues “va a eliminar los restos de los cosméticos de forma más eficaz, cuidando de los ojos y protegiendo las pestañas”. Sin embargo, si no llevamos maquillaje ni tenemos sensibilidad u otros problemas en este área, aclara que podemos utilizar nuestro limpiador habitual en todo el rostro y mirada.
Qué textura escoger según el tipo de piel
Ya hemos aclarado que todas las texturas son efectivas a la hora de limpiar el rostro -con la consideración de que el aceite o bálsamo se debe emplear para desmaquillar, y el agua micelar para el segundo paso o por la mañana- pero, ¿hay una más adecuada para cada tipo de piel o es solo cuestión de gustos? La titular de Arbosana Farmacia confirma que, en parte, la elección es también cuestión de gustos: “El hecho de que un producto te guste, hará que lo uses más. Por norma general, los limpiadores son productos en los que solemos preguntar al cliente, para adaptarnos a sus gustos, y teniendo en cuenta también el tipo de piel y sus característica
Por norma general, la especialista aconseja utilizar texturas en gel o espuma para pieles mixtas; leches limpiadoras para pieles secas; y aguas micelares para pieles sensibles, pero teniendo en cuenta que los ingredientes también importan. Es decir, si eres de piel seca y te gustan los geles, podrás encontrar una fórmula con elementos más nutritivos; o si eres de piel grasa y te gusta el agua micelar, puedes encontrarla con ingredientes seborreguladores. Respecto a los jabones sólidos para el rostro, que últimamente han ganado mucha fama por ser una buena opción para quienes buscan una rutina zero waste, Rocío Escalante señala que lo más importante es “fijarse en su fórmula, ver que sea adecuada para nuestro tipo de piel, y en el pH, que siempre tiene que ser lo más parecido al de nuestra piel, en torno al 5”.
Qué ingredientes escoger según el tipo de piel
Como decíamos, además de la textura, es esencial fijarnos en los ingredientes que lleva la fórmula, pues los hay indicados para todo tipo de necesidades. Aunque hoy en día existen todo tipo de productos innovadores, que emplean multitud de activos distintos, la experta en dermocosmética nos ayuda a elaborar una pequeña guía de cuáles suelen ser sinónimo de éxito en cada caso:Lo más
- En pieles grasas o mixtas: Debemos buscar limpiadores con activos seborreguladores, como el ácido salicílico, antibacterianos como el aceite de árbol de té y antiinflamatorios como la niacinamida, el té verde o el mismo ácido salicílico. Pueden contener también alfahidroxiácidos.
- En pieles sensibles: Optaremos por limpiadores específicos, que contengan ingredientes calmantes, descongestivos o antirrojeces, como la alantoína, el aloe vera, la niacinamida, el té verde, la cúrcuma o la centella asiática.
- En pieles secas: Buscaremos activos que refuercen la barrera protectora, como las sustancias humectantes: pantenol, glicoles, urea, alantoína, algunos hidroxiácidos (ácido láctico) y ácido hialurónico. También sustancias emolientes como los aceites.
- En pieles normales: Al estar equilibradas, son las más versátiles, podemos usar cualquier limpiador que sea para piel normal y que mantenga ese equilibrio.
El cepillo de limpieza facial no desmaquilla
Los cepillos electrónicos para la limpieza facial gozan de muy buena fama gracias a su capacidad no solo para eliminar impurezas, sino también para estimular la microcirculación. Sin embargo, debemos tener claro cómo utilizarlos bien para mantener una correcta higiene, y saber que, tal como indica la experta, no son una buena opción para desmaquillar, sino que debemos emplearlos siempre con la piel ya desmaquillada. Respecto al momento de su utilización, confirma que “se pueden utilizar por la mañana o por la noche, en el segundo paso de la limpieza”.
Como advertencias respecto a este tipo de dispositivos, la farmacéutica señala que “sobre todo hay que tener cuidado en pieles sensibles, con alguna patología tipo rosácea y acné. Si hay un brote activo no conviene utilizarlo”. En el resto de casos, afirma que “en general, los cepillos funcionan bien, siempre que se usen según las indicaciones del fabricante. Igual que con las texturas, debemos buscar un cepillo que nos guste y nos resulte práctico de usar”.
Los errores más comunes de la limpieza facial
Aunque ya hemos cubierto en líneas generales aquellos puntos que debemos tener en cuenta a la hora de escoger este tipo de cosméticos -y consultar con especialistas cuál es el más adecuado para nuestro caso también es muy buena idea-, hay una serie de errores relacionados con la limpieza facial que también viene bien recordar y evitar. Rocío Escalante señala algunos de los más habituales:
- El uso de toallitas. No podemos considerarlas como un limpiador. Son soluciones para momentos puntuales, pero no limpian el rostro en profundidad, no podemos convertirlas en nuestro limpiador de cabecera.
- Usar limpiadores en vez de desmaquillantes cuando usas SPF y maquillaje. Un limpiador no va a eliminar los restos correctamente, por eso recomendamos la doble limpieza.
- Usar productos muy astringentes en el caso de pieles mixtas o grasas, ya que retiran los lípidos de la piel.
- Aclarar con agua muy fría o caliente. Se debe usar agua tibia.
- Secar la piel de forma brusca o hacerlo con una toalla sucia. Debemos hacerlo a toques y usar una toalla específica para el rostro.
- Olvidarse del tónico. Su uso es opcional, pero en pieles sensibles es esencial para equilibrarlas después de la limpieza. Y en pieles grasas vienen muy bien al ser seborreguladores.