Louis Gérin y Grégory Lamaud han emitido su veredicto. Los dos directores artísticos de Texworld Paris proponen reinventar la escena real en un patio de juegos. Este parque infantil, propicio para la elevación o el disfrute, sirve de base para el desarrollo de las principales líneas creativas de la moda Otoño/Invierno 2022-2023, que fueron presentadas con muestras y prendas durante la pasada edición de la feria organizada por Messe Frankfurt France, en la rue du Mail de París.
La primera tendencia de esta reinvención es la resistencia que asegura el futuro. “A riesgo de parecer cauteloso, hay que señalar que el futuro sigue siendo amenazante, destaca el dúo creativo en un comunicado de prensa. Algunos elegiremos la seguridad. Esta elección se materializará en una paleta “aireada, anclada en el suelo” con tonalidades que evocan el barro, los minerales -desde el carbón negro hasta el ocre-, la arcilla y el verde “tiernamente fluorescente”.
Notas vegetales que expresan sedimento, suelo o savia
La segunda tendencia en cuanto al colorido de los tejidos para el Otoño/Invierno 2022-23 es la elevación. Este etéreo eje creativo supone paletas de azules, transparentes o vidriosas, con efectos de los materiales plásticos, pero también en tonos más rosados y cálidos. La tercera tendencia consagra la ósmosis, es decir “el regreso al seno de la madre naturaleza”, y se expresa a través de un enfoque tonal tomado de la naturaleza, con notas vegetales y florales: el verde en su máxima expresión, tanto en versión jungla como con reminiscencias de musgo o savia.
Disfrute al fin. Esta es la cuarta y última tendencia. “Si no hay regla, no hay verdad, sólo cuenta la diversión. Un placer sabio y maduro. Liberados del peso de la importancia que nos habíamos atribuido, somos ligeros. Tan ligeros como la risa. Colorido múltiple como un deseo sin restricciones. No hay límite. No hay barreras. Esta tendencia es seguramente la que mejor resume el deseo general hacia un “renacimiento de todos los estilos”. Da protagonismo a los colores dulces y exquisitos, pero también a los contrastes, entre vegetales y minerales, suaves y duros (terciopelo y cristal), con efectos tornasolados o nacarados.