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Es indudable que en los últimos años, ha ido creciendo la preocupación por alimentarse adecuadamente y mantenerse saludable. Los medios de comunicación han ido evolucionando a lo largo del tiempo y en la actualidad estos desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de saberes y creencias que influyen en la formación de los hábitos de las personas. Saberes que en algunas ocasiones, pueden ser erróneos. Los medios de comunicación que se han convertido en un canal rápido y masivo, a veces sin llegar a poder aceptar o dudar de una información o concepto, causan impacto en la ingesta de los alimentos.

Seguro que algunos de los siguientes mitos, los has tomado y aplicado en tu alimentación habitual…

  • El pan integral tiene menos calorías que el pan blanco 

El pan integral se posicionó como el elegido para gran cantidad de la población, porque “no engordaba” pero lo más importante es que al contener mucha más fibra que el blanco, resulta ser más saludable. Para algunos produce más saciedad. Una alimentación alta en fibra, previene distintos tipos de enfermedades como dislipidemia y Diabetes.

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  • Jugos o dietas détox 

No existen, los riñones y el hígado hacen todo el détox que necesitamos. Solo que al no aportar nutrientes como grasas y proteínas, son más fáciles de digerir. No queman grasas ni adelgazan, si consumimos menos calorías.

Cuando tomamos jugos de fruta, incorporamos varios nutrientes como vitaminas y minerales, muy necesarios para nuestro organismo.

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  • Los hidratos de carbono, no se pueden comer en la cena

Los alimentos como pastas, arroz o preparaciones con harinas pueden consumirse en cualquier horario. No aumentan de peso por formar parte de la cena o por el horario. Los hidratos de carbono son los encargados de proporcionar energía y hacer funcionar nuestro organismo, pero esa energía no actúa con efecto inmediato, si no tendríamos que salir a correr cada vez que los consumiéramos.

Aumentamos de peso si basamos nuestra alimentación, en mayor proporción en este tipo de alimentos y no realizamos ejercicio físico. Cuando aumentamos nuestro gasto energético.

  • La grasa no se suda ni se transpira 

La grasa se oxida, se elimina en mayor proporción por la respiración (se oxida y se transforma en dióxido de carbono que exhalamos) La grasa no se transpira ni se suda. Solo transpiramos agua y sales minerales, que recuperamos al tomar líquido. Sudamos por el incremento de nuestra temperatura corporal y la necesidad de transpirar para reducirla, es decir, el sudor funciona como un mecanismo termorregulador.

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  • El ayuno intermitente acelera el metabolismo 

Los últimos informes sobre el ayuno, informan que tiene efectos beneficiosos sobre la pérdida de peso y la disminución de triglicéridos, pero la baje de peso es porque se realiza un reposo digestivo por muchas horas. Cuando se agotan las reservas de glucógeno, nuestro cuerpo empieza a quemar grasa para responder a tu actividad diaria. 

  • Las aguas saborizadas y las gaseosas light se pueden consumir en forma diaria y no aumentan de peso  

Los edulcorantes mantienen nuestro umbral del sabor dulce muy alto.

El ser humano, tiene preferencia innata por el sabor dulce, este nos dice que lo que estamos por ingerir nos aportará energía. El organismo se prepara para recibir glucosa, pero a falta de calorías, nuestro cerebro nos hace ir a buscarlas a otro lado ya que no las recibió. 

Su consumo aumentó paralelamente al aumento de sobrepeso y obesidad.

Aún están en estudio trabajos que relacionan el consumo regular de alimentos o bebidas con edulcorantes con enfermedades coronarias. 

También, en la actualidad se están realizando investigaciones sobre edulcorantes y alteraciones de la microbiota intestinal. 

Si no nos gusta el agua, podremos saborizarla con fruta natural, como rodajas de naranja, pomelo o limón con cáscara. 

Espaciar el consumo de bebidas light, sigue siendo la mejor elección.

No hay alimentos mágicos, la magia está en la variedad de lo que seleccionamos para nutrirnos…

Lic. en Nutrición Marcela Repetti