Mientras el mundo cambiaba después de las protestas de Mayo de 1968, en San Francisco una revolución editorial de la moda se dio durante 13 meses entre 1970 y 1971. Se trata de Rags, una revista que se atrevió a catastrar el verdadero acontecer de la moda en las calles.

A fines de los años 60, el devenir editorial de la moda estaba explotando con un fenómeno que marcaría un antes y un después en el acceso a la moda: la aparición del prêt-à-porter. Mientras tanto, la alta costura comenzaba a perder su terreno hegemónico y lo que entonces se conocía como “el buen vestir” estaba llegando directamente a los aparadores de las tiendas con tallas estandarizadas, con prendas estampadas, patrones y modelos en serie. Fue así como en los Estados Unidos de la Revolución de las Flores, las respuestas contraculturales a raíz de mayo de 1968 comenzaron a cuestionar y abarcar todos los aspectos de la cotidianeidad. Dentro de este discurso, la moda tomó un lugar relevante. Referentes magazinescos como Vogue, Women’s Wear Daily y Harper’s Bazaar invirtieron esfuerzos creativos por imponer tendencias desde las pasarelas europeas, ignorando que un grupo de periodistas de moda estaba dando vida a Rags, una revista de moda que hoy es un elemento de culto y que su corta pero significativa vida inspiró lo que hoy conocemos como la fotografía de streetstyle, popularizada por primera vez por Bill Cunningham en el New York Times.

Corría el año 1970 y Baron Wolman, el entonces jefe de fotografía de la revista Rolling Stone tenía en mente un proyecto que lo tenía inquieto. El éxito que estaba teniendo la revista musical desde su fundación en 1967 estaba llegando a una fase de estabilidad, lo que para Wolman era sinónimo de comenzar una fase de cambios. Fue así que, junto a las editoras Mary Peacock -de Harper’s Bazaar- y Daphne Davis -de Vogue USA-, unieron fuerzas creativas y monetarias para lanzar una revista única en su tipo que develara el alma real de la moda en la costa oeste americana sin disfraces ni maniobras de relaciones públicas. En consecuencia, nació Rags Magazine en la ciudad de San Francisco en junio de 1970 como una revista que mostraba el estilo de personas reales con moda que se distanciaba diametralmente del relato del acontecer de las pasarelas. Gracias a las amistades que forjó en su etapa anterior, Wolman logró dar a conocer el estilo personal de figuras como Janis Joplin, Jane Forth -una de las musas de Andy Warhol-, así como el de una joven Betsey Johnson que luego con su etiqueta de moda conquistaría Nueva York.

Sin embargo, la extrema audacia de su línea editorial con su consecuente falta de anunciantes para sostener el proyecto, lograron que Rags durara solo 13 ediciones. Temas por entonces considerados polémicos, como el rechazo total a la estética midi, la arremetida del DIY (do-it-yourself, ropa hecha con materiales de desecho), así como el auge del reciclaje de prendas antiguas y la moda de segunda mano, hicieron de Rags un medio alternativo, incendiario y que fue una bisagra cultural para la escena editorial de los 70. Innovaciones como editoriales de moda con pieles tatuadas, desnudos totales y un periodismo implacable y sin adornos fue parte de lo que Rags dejó como legado y que en 2021 cumplió 50 años. Hoy, a través de una campaña de crowdfunding, The Waverly Press -la dueña de la marca y los archivos- , reeditó este mes de abril los 13 números de la revista (desde junio de 1970 a julio de 1971) en un boxset de edición limitada. Sin duda, una manera icónica de celebrar a un referente de culto en medio de una actual crisis editorial que sigue su curso en medio de una revolución digital que ha vuelto irrelevantes a las revistas de moda. 

Cristián Pavez