Esta firma creada por Marta Cobos Verdasco busca rendir culto a la moda y la artesanía. Sus bolsos y zapatos de estética retro y colores diferentes triunfa entre las que más saben de Estilo OZ
CORTESÍA
Cuando das el 200% y es tu sueño, creo que sacas la fuerza para cualquier cosa que te propongas», nos cuenta al otro lado de la línea telefónica con un entusiasmo desbordante Marta Cobos Verdasco. Ella es el alma máter de la firma española de bolsos y zapatos Culto 1105, una de esas marcas que desde un primer momento llamó la atención de las consultoras de moda y cuyo éxito en apenas dos años confirma que estaban ante lo cierto.
Su historia merece ser contada desde el principio, porque es la de alguien que siempre confió en su valía y potencial. «Desde pequeña tuve claro que la moda era mi sueño, pero la gente a menudo me decía que era un mundo muy complicado, así que tiré por la rama de la Comunicación, pero siempre teniendo en mente que en algún momento quería especializarme en Moda. Estuve unos años trabajando en Publicidad y al final dejé el trabajo para irme a estudiar un Máster al Instituto Marangoni«, nos cuenta Marta durante una de esas jornadas en las que no para de hacer cosas.
Pasar por uno de los templos de los estudios de Moda fue un punto de inflexión y el mercado laboral le trajo otro regalo en forma de ofertas de trabajo que no terminaban de convencerle. Fue eso lo que le hizo descartar empezar en un trabajo fijo desde el que ir dando pequeños pasos en pos de su proyecto personal y lanzarse de lleno a ello, sin saber que una pandemia estaba a la vuelta de la esquina.
Marta Cobos Verdasco, creadora de Culto 1105. MARIO LOMAS
«El proceso fue muy complicado. Tienes miedo e incertidumbre. Tardé un año desde que me decidí hasta que tuve la primera producción. Surgen dudas, nadie te dice que vaya a ser un éxito, asumes un riesgo importante al producir por adelantado y como eres nuevo los proveedores no confían en ti como para adelantar el producto. Cuando eres tan pequeño tienes que producir por adelantado y al final eres la cola de ratón de la fábrica. En mi caso estaba sola y lo hacía yo todo. Y esa soledad juega en tu contra, porque nadie te anima cuando te vienes abajo», cuenta Marta sobre los comienzos de Culto 1105, que debe su nombre al objetivo que se ha marcado con su firma –rendir culto a la moda y a la artesanía– y a sus iniciales en números romanos.
En diciembre de 2019 Culto 1105 llegaba al mercado. Su creadora tiene clara la esencia de su proyecto: «Es una marca con una estética un poco retro y setentera traída a la actualidad. Lo que podrías encontrar en el armario de tu madre y abuela pero con un aire actual y un colorido más atrevido», describe.
Las botas Lucrecia en color topo.D.R.
Marta no vivió como un drama que la pandemia paralizará todo el mercado en marzo de 2020 y tuvo claro que era necesario ver el lado positivo de estar junto al comienzo de su aventura: «Me di cuenta de que en parte era afortunada porque no tenía grandes gastos fijos mensuales que afrontar ni personal a mi cargo. Mentalmente me dio más paz y dije ‘soy pequeña así que vamos a aguantar el tirón y a vender lo que podamos’, con la gente que nos conocía que era mi círculo más cercano. A partir del Día de la Madre se reactivaron bastante los pedidos y con eso lanzamos colección de verano. Funcionó muy bien, la gente tenía ganas de viajar, irse de vacaciones e incluso había gente que había ahorrado y hubo más ventas. Fuimos creciendo poco a poco y hasta hoy. Vamos despacito pero con buena letra», nos confirma esta emprendedora de 29 años.
No solo sorprende su juventud, sino también su madurez. Confiesa que la lección más valiosa que ha aprendido es confiar en uno mismo y tirar siempre para adelante. «He desarrollado una gran capacidad para dejar los problemas a un lado», asegura, «y eso te hace avanzar».
Junto a esa estética retro actualizada, producir en España es otro de los aspectos que define a Culto 1105, algo que tuvo claro desde el principio. «Cada día me reafirmo porque no es solamente que tengamos los mejores artesanos en calzado y marroquinería, este año lancé mi primera colección de punto y he vuelto a encontrar gente extraordinaria con la que producir. Creo que el trato personal con la fábrica se refleja en el producto final. Detrás de cada diseño no solo hay algo pensado sino mucho cariño por parte de la fábrica y eso hace que siempre el resultado sea mejor. Se transmite de otra manera», afirma tajante.
Una de las prendas de la colección de punto de Culto 1105.D.R.
En su showroom situado en el barrio de Justicia de Madrid ya tiene clientas fieles que no dudan en ir allí en busca de piezas especiales y escoger junto a Marta y su equipo esos zapatos, bolsos y prendas que saben que se van a mantener en el armario durante mucho tiempo. La propia Marta tiene sus favoritos: «Es verdad que yo no saco nada que no me alucine, soy así, si no te gusta, cómo lo vas a vender. Esta temporada no me he quitado las botas Lucrecia, con piso de goma. Y de los bolsos cambio mucho, pero por ejemplo para diario el Louis es uno de los últimos y no me lo quito porque cabe todo», cuenta con entusiasmo.
En solo dos años Culto 1105 ya tiene auténticos bestseller, como los botines Satine color caldero: «Cuando los hice pensé que eran atrevidos y han sido un éxito total, vienen a por unos negros y se llevan esos. Te cambia cualquier look, me gusta invitar a que la gente se atreva con cosas diferentes», cuenta. Eso sí, apuestan por colecciones limitadas, para que cada pieza tenga cierta exclusividad.
Tras los zapatos y los bolsos, Culto 1105 se abrió al textil con una colección de punto que seguirá creciendo en las próximas temporadas. Marta tiene claro cuál es el objetivo: «Que mis clientas se puedan vestir de pies a cabeza de Culto 1105». Y si le pedimos que cierre los ojos y se visualice dentro de diez años, no duda: «Me veo con expansión internacional, me gustaría tener una tienda física en España y también fuera, en París, Londres o Milán».
Mónica Brun